Desnivel positivo: 520 m.
Desnivel negativo: 1.640 m.
Cota máxima: Col de la Burcq, 2.050 m.
Tiempo de marcha: 6 horas y 40 minutos
Tras una noche bastante desapacible
comenzamos el día con un desayuno que nos deja un poco fríos, aunque al salir
del refugio y contemplar el paisaje con un sol radiante se nos olvida.
Nos hacemos con nuestra bolsa de
picnic que encargamos ayer (fruta, bocata de paté con pan de hace varios días,
alguna barrita de muesli y una tableta de chocolate) y comenzamos a caminar a
las 7:30. Nada más arrancar la rodilla de Jorge comienza a quejarse y la
perspectiva de los más de 1.500 metros de dura bajada que tenemos por delante
hacen presagiar que la jornada de hoy no terminará bien.
Al salir vemos a los burros con los
que se sube el material hasta aquí y nos hace valorar más todo lo que hemos
comido, el pan ya no nos parece tan duro… el refugio y el ibón nos despiden
regalándonos una vista espectacular desde lo alto, con el Midi d´Ossau (2.884
m.) al fondo.
Comenzamos ascendiendo poco a poco
por una zona de pastos de altura y vamos haciendo fotos de las impresionantes
vistas que nos rodean. No hay ni una sola nube en el cielo, el sol todavía no
muerde y durante un rato vamos llaneando, así que vamos tan cómodos que si no
fuera por la mochila casi pensaríamos que vamos de paseo. Al coger más altura a
la silueta del Midi se le suma allá a lo lejos la del Balaitous (3.144 m.).
Antes de llegar al Col de Saoubathou (1.952 m.) pasamos por una cabaña con unos cerdos tomando plácidamente el sol rebozados en el barro, y la estampa es cuando menos graciosa, ya que tenemos que esquivarlos porque su charca está literalmente en medio del camino, y no parecen tener ganas de moverse.
Antes de llegar al Col de Saoubathou (1.952 m.) pasamos por una cabaña con unos cerdos tomando plácidamente el sol rebozados en el barro, y la estampa es cuando menos graciosa, ya que tenemos que esquivarlos porque su charca está literalmente en medio del camino, y no parecen tener ganas de moverse.
Coronamos el Col a las 10:00 y
continuamos sin deternernos apenas. Caminamos durante un rato sobre la frontera
entre España y Francia, que aquí no es más que eso, una línea de puntos en un
mapa, con la que vamos dejando atrás y a nuestra izquierda el Bisaurín (2.670
m.) y el Castillo de Acher (2.384 m.).
Alcanzamos el Col de Burqc (2.050 m.)
sin mayor esfuerzo y asumimos que a partir de este punto comienza la parte mala
de la jornada, es decir, la larga y pronunciada bajada hasta Lescun.
Al llegar al Puerto de lo Palo (1.942
m.) hacemos un alto para picar algo, sentados frente al Petrechema (2.366 m.),
la Mesa de los Tres Reyes (2.444 m.) y el Anie (2.507 m.). Degustamos la
tableta de chocolate en este privilegiado balcón y nos ponemos de nuevo en
movimiento. Aún no queremos asumirlo, pero ya intuimos que ésta ha sido nuestra
última panorámica de la Senda de Camille.
Comenzamos a descender despacito y
paramos de nuevo a las 12:30 en las Cabanes de Bonaris (1.700 m.) para
descansar un poco y para comernos el bocata, aprovechando las fabulosas vistas
y una fuente con agua bien fresquita.
Continuamos descendiendo entre pastos
y cabañas pastoriles, la pendiente es bastante pronunciada y hasta las rodillas
sanas se resienten. Así pues la bajada, ya de por sí larga, se convierte en una
auténtica tortura para Jorge, su rodilla se van hinchando y duele cada vez más,
así que a partir de aquí ya no le sacamos gusto al paisaje, ni a la ruta ni a
nada. Solo queremos llegar a Lescun.
Vamos internándonos en el bosque Larrasiette y al llegar a la Fontaine Lamatché nos encontramos con unos caballos bebiendo, así que esperamos pacientemente nuestro turno.
El camino da algo de tregua al entrar
en el Plateau de Labrénère, pero cuando llegamos al parking, a las 14:20, ya
empezamos ver que nuestra travesía termina hoy mismo. Hay una médico en un
grupo de catalanes con los que hemos compartido parte de la bajada y nos deja
claro que así es complicado que Jorge pueda continuar, y menos con peso a la
espalda.
La ruta continua a la derecha por la
pista, pero nos decantamos por coger la carreta para intentar acortar y llegar
cuanto antes.
Llegamos al camping Lauzaurt a las
15:10, contemplando sin mucho entusiasmo el maravilloso circo dolomítico de
Lescun. Cumplimos con el sellado de la cartilla, nos damos una ducha rápida
(gracias a los catalanes, que nos cedieron generosamente el turno para que
pudiéramos irnos pronto) y nos sentamos a esperar que nos venga el taxi a
buscar.
Una vez en Somport tomamos algo en el
albergue y nos vamos rápidamente a Jaca a urgencias, donde se certifica oficialmente
nuestro regreso a casa antes de tiempo.
Mientras atienden a Jorge yo contacto
con la central de reservas de la Senda, donde me aseguran que nos guardan la
reserva para cuando queramos, tanto dentro de esta temporada como de la
siguiente, cosa que les honra y debo decir que su atención y gestión es
impecable.
Con la rodilla de Jorge hinchada y
dolorida regresamos a Pamplona. Nos retiramos, sí… ¡pero volveremos!
Y regresaron.... Dos Valencianos dan fe que volvieron a terminar lo que empezaron.
ResponderEliminarSaludos de Vicente y Susi, Leire and company.