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domingo, 28 de abril de 2013

Segunda etapa Senda de Camille: Arlet (2.000 m.) - Lescun (860 m.) 1 de agosto de 2011

Distancia: 19,5 kilómetros
Desnivel positivo: 520 m.
Desnivel negativo: 1.640 m.
Cota máxima: Col de la Burcq, 2.050 m.
Tiempo de marcha: 6 horas y 40 minutos




Tras una noche bastante desapacible comenzamos el día con un desayuno que nos deja un poco fríos, aunque al salir del refugio y contemplar el paisaje con un sol radiante se nos olvida.

Nos hacemos con nuestra bolsa de picnic que encargamos ayer (fruta, bocata de paté con pan de hace varios días, alguna barrita de muesli y una tableta de chocolate) y comenzamos a caminar a las 7:30. Nada más arrancar la rodilla de Jorge comienza a quejarse y la perspectiva de los más de 1.500 metros de dura bajada que tenemos por delante hacen presagiar que la jornada de hoy no terminará bien.
Al salir vemos a los burros con los que se sube el material hasta aquí y nos hace valorar más todo lo que hemos comido, el pan ya no nos parece tan duro… el refugio y el ibón nos despiden regalándonos una vista espectacular desde lo alto, con el Midi d´Ossau (2.884 m.) al fondo.

Comenzamos ascendiendo poco a poco por una zona de pastos de altura y vamos haciendo fotos de las impresionantes vistas que nos rodean. No hay ni una sola nube en el cielo, el sol todavía no muerde y durante un rato vamos llaneando, así que vamos tan cómodos que si no fuera por la mochila casi pensaríamos que vamos de paseo. Al coger más altura a la silueta del Midi se le suma allá a lo lejos la del Balaitous (3.144 m.).





Antes de llegar al Col de Saoubathou (1.952 m.) pasamos por una cabaña con unos cerdos tomando plácidamente el sol rebozados en el barro, y la estampa es cuando menos graciosa, ya que tenemos que esquivarlos porque su charca está literalmente en medio del camino, y no parecen tener ganas de moverse.



Coronamos el Col a las 10:00 y continuamos sin deternernos apenas. Caminamos durante un rato sobre la frontera entre España y Francia, que aquí no es más que eso, una línea de puntos en un mapa, con la que vamos dejando atrás y a nuestra izquierda el Bisaurín (2.670 m.) y el Castillo de Acher (2.384 m.).
Alcanzamos el Col de Burqc (2.050 m.) sin mayor esfuerzo y asumimos que a partir de este punto comienza la parte mala de la jornada, es decir, la larga y pronunciada bajada hasta Lescun.


Al llegar al Puerto de lo Palo (1.942 m.) hacemos un alto para picar algo, sentados frente al Petrechema (2.366 m.), la Mesa de los Tres Reyes (2.444 m.) y el Anie (2.507 m.). Degustamos la tableta de chocolate en este privilegiado balcón y nos ponemos de nuevo en movimiento. Aún no queremos asumirlo, pero ya intuimos que ésta ha sido nuestra última panorámica de la Senda de Camille.

Comenzamos a descender despacito y paramos de nuevo a las 12:30 en las Cabanes de Bonaris (1.700 m.) para descansar un poco y para comernos el bocata, aprovechando las fabulosas vistas y una fuente con agua bien fresquita.

Continuamos descendiendo entre pastos y cabañas pastoriles, la pendiente es bastante pronunciada y hasta las rodillas sanas se resienten. Así pues la bajada, ya de por sí larga, se convierte en una auténtica tortura para Jorge, su rodilla se van hinchando y duele cada vez más, así que a partir de aquí ya no le sacamos gusto al paisaje, ni a la ruta ni a nada. Solo queremos llegar a Lescun.




Vamos internándonos en el bosque Larrasiette y al llegar a la Fontaine Lamatché nos encontramos con unos caballos bebiendo, así que esperamos pacientemente nuestro turno.



El camino da algo de tregua al entrar en el Plateau de Labrénère, pero cuando llegamos al parking, a las 14:20, ya empezamos ver que nuestra travesía termina hoy mismo. Hay una médico en un grupo de catalanes con los que hemos compartido parte de la bajada y nos deja claro que así es complicado que Jorge pueda continuar, y menos con peso a la espalda.

La ruta continua a la derecha por la pista, pero nos decantamos por coger la carreta para intentar acortar y llegar cuanto antes.
Llegamos al camping Lauzaurt a las 15:10, contemplando sin mucho entusiasmo el maravilloso circo dolomítico de Lescun. Cumplimos con el sellado de la cartilla, nos damos una ducha rápida (gracias a los catalanes, que nos cedieron generosamente el turno para que pudiéramos irnos pronto) y nos sentamos a esperar que nos venga el taxi a buscar.

 El viaje en taxi hasta Somport nos supone la friolera de 80 euros y algún que otro susto, ya que el conductor es bastante temerario, aunque nos echamos unas risas, dentro del poco ánimo que tenemos después de abandonar.

Una vez en Somport tomamos algo en el albergue y nos vamos rápidamente a Jaca a urgencias, donde se certifica oficialmente nuestro regreso a casa antes de tiempo.

Mientras atienden a Jorge yo contacto con la central de reservas de la Senda, donde me aseguran que nos guardan la reserva para cuando queramos, tanto dentro de esta temporada como de la siguiente, cosa que les honra y debo decir que su atención y gestión es impecable.

Con la rodilla de Jorge hinchada y dolorida regresamos a Pamplona. Nos retiramos, sí… ¡pero volveremos! 



1 comentario:

  1. Y regresaron.... Dos Valencianos dan fe que volvieron a terminar lo que empezaron.
    Saludos de Vicente y Susi, Leire and company.

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