Archivo del blog

lunes, 29 de abril de 2013

Tercera etapa Senda de Camille: Lescun (860 m.) - Linza (1.340 m.) 26 de julio de 2012

Distancia: 16,6 kilómetros
Desnivel positivo: 1.290 m.
Desnivel negativo: 790 m.
Cota máxima: Collado de Petrechema, 2.082 m.
Tiempo de marcha: 7 horas y 20 minutos


Ha pasado casi un año desde que abandonamos la Senda por problemas con la rodilla de Jorge, pero desde entonces hemos caminado mucho, así que sabemos a ciencia cierta que ahora sí va a aguantar.

Gracias a que nos guardaron la reserva del verano pasado vamos a terminar las cuatro etapas restantes, pero la ruta para nosotros ya no es circular, así que tenemos que ingeniárnoslas para solucionar el problema de la llegada y la partida. Tras barajar varias opciones y para no volver locos a familiares y/o amigos, optamos por ir con la furgo hasta Lescun, pero dejando las bicicletas en el albergue de Somport, con idea de bajar el último día pedaleando hasta la furgoneta.





Así pues llegamos al camping Lauzaurt justo a tiempo para la cena y vemos que el comedor está bastante animado y hay un grupo de varios “camilleros”. Cenamos ensalada y paté de pescado, macarrones con tomate y salchichas y de postre tarta de manzana y queso. Todo en abundancia, incluidas las moscas que infestan la sala y que resultan de lo más molesto.
Las habitaciones del camping están bastante bien, las camas son cómodas y no hace nada de frío, la única pega son los ronquidos de algún que otro oso vecino, que no se llama Camille, precisamente, pero pensamos que hace el mismo ruido.

A la mañana siguiente desayunamos bien y hacemos los últimos preparativos en la furgo, y ya con todo listo y habiendo estirado un poquito, retomamos la travesía donde la dejamos.
Salimos a las 8:10 y comenzamos a caminar por la carretera siguiendo las indicaciones hacia Ansabère, pasando por varias casitas y alguna granja. El paisaje que rodea a Lescun es maravilloso, su circo dolomítico no tiene nada que enviar a otras zonas más agrestes del Pirineo e incluso de los Alpes, y aunque ya hemos estado por aquí en otras ocasiones, la vista en un día claro es espectacular. Los picos Billare (2.309 y 2.238 m.), Dec de Lhurs (2.176 m.), Pène Blanque (2.383 y 2.386 m.), Agujas de Ansabère (2.378 y 2.254 m.), Petrechema (2.371 m.), etc. nos acompañan con sus majestuosas siluetas durante la jornada y vamos planificando mentalmente otras subidas, otras excursiones…

En poco rato la carretera se convierte en pista, y aunque apenas hay desnivel, los dos meses que han pasado desde el último fin de semana en el monte (y sobre todo los excesos sanfermineros) pesan sobre mi mochila y las fuerzas flaquean, falta de entrenamiento, creo que le llaman.
Vamos pasando junto a varias bordas de ganado donde las vacas pastan tranquilamente, el paisaje que tienen alrededor es espectacular, aunque nos queda la duda de si le sacarán el mismo gusto que nosotros.

Pasado el primer parking nos adentramos en el bosque de Landrosque y continuamos por pista hasta llegar al segundo parking, donde por fin termina y arranca el sendero, desde un precioso claro en el que podríamos sin esfuerzo quedarnos todo el día mirando a las Agujas de Ansabère.




A medida que comenzamos el ascenso nos vamos sintiendo cada vez más entonados, curiosamente tras la pájara inicial, cuanta más altura ganamos y conforme la subida se va haciendo más trabajosa por la dificultad del terreno, con más ganas subimos.









Hacemos un pequeño descanso a las 12:00 en las Cabanes d´Ansabère (1.600 m.) que tienen fuente (hace mucho calor, así que recargar las cantimploras con agua extra nos viene genial) y una panorámica privilegiada de las Agujas y del camino hacia abajo que ya hemos recorrido.

Con fuerzas renovadas afrontamos la subida al Collado de Petrechema (2.084 m.) por un canchal que asciende sin descanso y bajo un sol que nos hace sudar profusamente. El ritmo se hace algo más lento pero somos constantes y coronamos la cima a las 12:40 sin mayor sufrimiento. Durante la subida coincidimos con la gente que ya lleva varias etapas de la Senda y comenzamos a entablar conversación con quienes compartiremos la bajada y parte de las jornadas posteriores.


La ascensión nos ha parecido preciosa, desde el Collado las vistas son impactantes allí donde se mire, y nos parece un lugar inmejorable para degustar nuestro bocata de tortilla que nos trajimos ayer de casa, aunque las chovas nos vigilan de cerca y se arriman por si algún trozo se nos despista. No tienen suerte porque no dejamos ni las migas y parece que protestan con sus graznidos, que retumban en la roca.

A partir de este punto ya todo el camino es de descenso hasta Linza. La Senda toma el camino de la izquierda, por las Foyas del Ingeniero, aunque también es posible tomar el Camino de Francia, que suele ser la subida clásica tanto para el Petrechema como para La Mesa de los Tres Reyes (2.448 m.). A nosotros sin duda nos parece mucho más bonita la primera opción: caminar por el paisaje de las Foyas es una delicia, la roca descarnada se alterna con pinos negros aquí y allá, y aunque hay que andarse con ojo porque el sendero es estrecho, la bajada es impresionante.
Bajamos con dos chicos de Bilbo, Mikel y Sergio, a un paso cómodo debido a las molestas ampollas que sufre este último, pero aprovechamos para comentar rutas y viajes y disfrutar de la compañía.


Nos internamos en un bosquecillo cuya sombra se agradece y por el que vamos cómodamente paseando (con un tramo de pista intercalado) y que abandonaremos ya justo al salir al Plano de la Casa (1.340 m.), donde se sitúa el refugio de Linza.



Llegamos al refugio a las 15:30, sellamos, nos pegamos una ducha y nos situamos en la habitación. Para pasar la tarde nos bajamos a lo poco que queda de río a estas alturas de verano, a meter nuestros recocidos pies en agua fresca, mientras planificamos la dura etapa de mañana acompañados por fauna diversa: renacuajos, tritones e incluso una truchilla curiosa.


Echamos unas partidas de parchís antes de cenar (guisantes con jamón, ensalada, pavo guisado con patatas y yogur) y luego nos quedamos un rato de sobremesa con los “camilleros”, algunos de los cuales dan por terminada hoy la ruta y están más que animados.






No hay comentarios:

Publicar un comentario